No
hay nada peor que perderte a ti mismo,
He
perdido familia, amigos, mi propia vida se ha escurrido por el fondo
del desagüe, pero todo eso no vale mas de el precio que tu le pones,
lo que de verdad puede llegar a acabar contigo, de forma que nada ni
nadie sea capaz de recomponerte, es perder lo que eres, ver
tambalearse cuanto creías que eras, cuando de pronto, la realidad,
la nueva realidad, la que tu percibes en ese momento tan clara como
hace solo un segundo percibías quien eras, te muestra otros colores
que no esperabas ver.
En
ese momento toda luz se apaga, esperas sin que llegue, una mano que
se tienda a ti, sincera, que realmente pueda comprenderte o darte un
abrazo sincero de preocupación, pero por desgracia, entre otras
tantas cosas, ahora te sabes solo, y todo aquel calor que venia de tu
familia, se convierte en un montón de expectativas interesadas, de
aquellos que ven tu vida como una prolongación de la suya, aquellos
que llamabas amigos se convierten en caras sin rostro, pegadas a ti
por el mero hecho de la compañía en el mejor de los casos, su
interés, se torna no una preocupación sincera, sino un medio para
alcanzar el entretenimiento que es la diversión de la relación
social.
Buscas
consuelo en tu pareja, y te descubres pensando cuando fue la ultima
vez que de verdad hablasteis de como os sentíais, y empiezas a ver
como la costumbre ha sustituido todo cuanto teníais, y la
permanencia en ese estado se debe a la conveniencia o incapacidad de
encontrar algo mejor. Mueres por dentro, un poco mas, cuando le
hechas la culpa para darte cuenta al instante que es cosa de dos y no
de uno, de que podías haber hecho tanto que no hiciste ni tienes o
tendrás ya oportunidad de hacer, por algo que ahora dudas que en su
día te importara tanto como pensabas.
¿Y
que te queda?
Te
quedas tu, un tu que no te gusta, y no por un solo motivo, sino por
muchos. No habrá luz cegadora o salvador atento que venga a por ti
en tu oscuridad, o un remedio mágico para cambiar, ni tan siquiera
abrazarte a una sensación moralista y empezar a tratar a otros con
el interés que no te dieron para considerar que al menos lo
intentaste tendrá sentido, pues el recuerdo te hará ver todo
aquello que eras, puede que seas y posiblemente seas en un futuro,
encontrándote pensando en que buscas ayudar a otros solo para ser
ayudado, para satisfacerte, y no valdrás mas que nadie por ello.
Pero
quedas tu. Tu, y el tiempo que te queda, una barbaridad de bagaje de
errores pasados, presentes y futuros, y no importa como vivas, que
construyas o destruyas, ese sentimiento te perseguirá siempre, así
como un recuerdo distante de una época donde estabas mejor, donde
eras mejor, que idealizarás pese a saber que no hay certeza en
dichas afirmaciones color de rosa, y si tienes lo que realmente se
necesita para ser rescatado, no por otros, sino por ti, aprenderás
de tus errores, dejarás de lamentarte y pensar en lo que has hecho y
no vas a ser capaz de hacer, y harás la única cosa que realmente
puedes hacer: Vivir cada paso, respirar cada bocanada de aire, y no
pasar en un antes o un después, sino en un ahora, entonces,
empezarás a volver a ese momento idealizado, aquel que recordabas,
al que anhelabas volver, un estado en el que eres tu mismo, seas la
mejor de las personas, un interesado o un cabrón, serás tu y pleno
por ello.
Y
si has aprendido lo suficiente de la experiencia, aplicas lo que
sabes de forma instintiva sin coartar lo que eres por ello, tardarás
algo mas en caer en el abismo de nuevo. Obviamente, no será el
mismo, y las paredes serán de otros colores, pero el sentimiento, el
sentimiento siempre es el mismo, y vas a tener que aprender a vivir
con él y levantarte para salir y volver a caer, porque no te queda
otra, estás vivo, y sea lo que sea que aguarda tras el velo de la
muerte, siendo esta cuanto poco mas definitiva que la propia vida, es
algo que posiblemente pueda ser peor aún, y es posible, que todo
aquello que tienes ahora.
Sea
bien dicho o no, de esta divagación puedo concretar, que a jodernos
toca.